Vi mi reflejo en sus ojos, pero desvió la mirada,
sentí sus labios en los míos porque los esquivo,
sentí sus manos en mi cintura, pero me invitaba a marcharme,
escuche risas, pero no eran conmigo,
leí poesías y sí, eran para él, todas para él.
Entiendo los motivos,
entiendo ahora porque eres del viento,
entiendo ahora tus razones
y porqué corren por tus venas aires de un alma libre,
ahora comprendo porqué cada que me acerco tú te alejas,
comprendo por qué toda esa cautela,
entiendo ahora tus temores
aun cuando decías que no, yo sé que sí
sé que habita también en ti como lo ha hecho conmigo,
sé que el miedo te susurra al oído aquello de lo que has venido escapando,
sé quien te visita cada que yo aparezco
y sé la paz que te abraza cuando me marcho,
es solo la costumbre,
es solo la idea falsa de creer que pertenezco a ese gremio
de control y posesión y no,
que si dependo, puede ser
pero también sé, que a más presencia más ausencia,
así que no,
no te vayas, no me huyas,
siéntate ven aquí
que hay algo que debes saber,
que si te quiero no es para atarte,
que si te quiero es para acompañarme,
que si te quiero no es para anclarme,
es porque contigo he descubierto
lo que es amarme
y el significado de amarte,
a pesar de todo
a pesar de las sombras que acompañan,
a pesar de ser poco presencia.
