Llevé pocos sentimientos,
llevé las expectativas en el suelo
y llevé pocas emociones,
llevé mi gabardina negra
para que nada te deslumbrara,
para que disfrutaras solo mi presencia
y dejaras salir a danzar nuestros recuerdos
Llevé también los brazos vacíos
para recibirte con el abrazo más amplio,
llevé todos esos poemas
para arrullarte bajo la sabana azul
de nuestra segunda primavera,
llevé pocas palabras
y dejé mi yo diplomática
para no interferir
con nuestra peculiar forma
de ser sencillos;
solo llevé mis oídos
para escuchar todos tus planes,
para escucharte narrar
nuestra nueva historia,
pero el crepúsculo hacía presencia,
te dije que podría ser ésta nuestra última mirada,
me pediste entonces silencio
mientras llorabas por dentro
porque tus lágrimas habías agotado ya
todas esas noches cuando dormías
o era lo que querías
Llevé puestas algunos cerrojos
pero tú llevabas proyecciones
con forma de rascacielos
que difícilmente podrían ser escalables
y te gustó sonreír al pronunciar nuestra futuro,
llevabas también un cúmulo de sensaciones
y pasiones latentes,
llevabas la mejor disposición
pero yo llevaba en mi boca nuestra despedida
y un último beso.
Llevaba en los bolsillos nuestro adiós
mientras tu llevabas aspiraciones
y yo llevaba la misma decisión,
esa que tomé
cuando desnudaste las mentiras
porque,
después de haberme devastado
no había ninguna lucha
que valiera la pena
ni alguna emoción
que valiera la pena llevar
Me enseñaste a olvidarte,
me enseñaste a no pensarte
cuando más necesité de tu presencia,
me enseñaste las palabras correctas
para despedirme con estrategia,
la misma que usaste cuando
no quería saber de tu ausencia,
cuando no quería ser tu memoria,
no uno de esos recuerdos,
de los que dejas para mañana,
no merecía estar en lista negra,
no merecíamos reavivar emociones,
de esas que se tazan desde dentro,
desde la profundidad de la oportunidad
para ver quién cae primero,
para ver quién se cree el juego,
para ver quién se ensucia las manos,
para ver quién arriesga nuevamente el corazón
o para ver a quién se le olvida la razón
Llevé pocos sentimientos,
llevé las expectativas en el suelo
pero tú las llevabas hasta el cielo,
así que no me deslumbró
esa manera tuya de proceder,
llevé yo,
pocas emociones,
pero tú llevaste de más
las sensaciones.
llevé las expectativas en el suelo
y llevé pocas emociones,
llevé mi gabardina negra
para que nada te deslumbrara,
para que disfrutaras solo mi presencia
y dejaras salir a danzar nuestros recuerdos
Llevé también los brazos vacíos
para recibirte con el abrazo más amplio,
llevé todos esos poemas
para arrullarte bajo la sabana azul
de nuestra segunda primavera,
llevé pocas palabras
y dejé mi yo diplomática
para no interferir
con nuestra peculiar forma
de ser sencillos;
solo llevé mis oídos
para escuchar todos tus planes,
para escucharte narrar
nuestra nueva historia,
pero el crepúsculo hacía presencia,
te dije que podría ser ésta nuestra última mirada,
me pediste entonces silencio
mientras llorabas por dentro
porque tus lágrimas habías agotado ya
todas esas noches cuando dormías
o era lo que querías
Llevé puestas algunos cerrojos
pero tú llevabas proyecciones
con forma de rascacielos
que difícilmente podrían ser escalables
y te gustó sonreír al pronunciar nuestra futuro,
llevabas también un cúmulo de sensaciones
y pasiones latentes,
llevabas la mejor disposición
pero yo llevaba en mi boca nuestra despedida
y un último beso.
Llevaba en los bolsillos nuestro adiós
mientras tu llevabas aspiraciones
y yo llevaba la misma decisión,
esa que tomé
cuando desnudaste las mentiras
porque,
después de haberme devastado
no había ninguna lucha
que valiera la pena
ni alguna emoción
que valiera la pena llevar
Me enseñaste a olvidarte,
me enseñaste a no pensarte
cuando más necesité de tu presencia,
me enseñaste las palabras correctas
para despedirme con estrategia,
la misma que usaste cuando
no quería saber de tu ausencia,
cuando no quería ser tu memoria,
no uno de esos recuerdos,
de los que dejas para mañana,
no merecía estar en lista negra,
no merecíamos reavivar emociones,
de esas que se tazan desde dentro,
desde la profundidad de la oportunidad
para ver quién cae primero,
para ver quién se cree el juego,
para ver quién se ensucia las manos,
para ver quién arriesga nuevamente el corazón
o para ver a quién se le olvida la razón
Llevé pocos sentimientos,
llevé las expectativas en el suelo
pero tú las llevabas hasta el cielo,
así que no me deslumbró
esa manera tuya de proceder,
llevé yo,
pocas emociones,
pero tú llevaste de más
las sensaciones.