Es fácil juzgar al otro, es fácil apuntar hacia abajo cuando el ego nos escala un nivel arriba. Y desde ahí arriba es más sencillo ver sus huecos, su agrietada vida y sus zapatos rotos de caminos equivocados, mal andados.
Es fácil juzgar al otro y que inhumano es, sentirse uno poderoso, porque es más sencillo actuar así, evadiendo lo que a uno también le falta, lo que uno no es capaz de ver.
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