día siete
año veintitrés.
Qué estrés...
Eran las seis
deambulaba en la ciudad
mi voz quería sonar,
quería volver a cantar,
quería escapar,
me quería volver a sujetar
para tener seguridad
de que hago las cosas bien
o al menos
no tan mal.
Dando las siete escribí
y dijo sí,
puedes continuar.
Mes numero siete,
siete otra vez...
agua helada cayó
se sintió,
el rechazo se sintió
decaí
me rompí
colapse,
desperté,
en el diván me refugie
los ojos cerré
un año pasó
y desperté, sí
desperté, sí
y sané.
Nueve,
nueve esta vez.
Llego tarde otra vez, pensé
pero no...
Puntual,
puntual llegó,
ni antes ni después...
La diferencia vino, y tres...
tres meses después
lo puedo entender.
No llegue tarde yo,
no salio tarde él.
Sucedió lo que debía suceder, sucedió...
y ni antes,
ni después.