Abrí los ojos
y lo primero que vi, no fue a ti.
Abrí los ojos
y el primer salto que dí
ya no fue atrás.
Abrí las alas también
y el primer viaje que realice
fue hacia a mi,
muy dentro de mi
y descubrí
lo que en años omití.
Me descubrí.
Un poco lacerada,
también estaba descalza
y encontré muy dentro
que no estaba congelada,
y que tampoco nadie me extrañaba,
pero eso ahora no es sorprendente;
ahora está mi vida latente,
están mis manos más firmes,
porque no sujetan nada
y mi andar ya muestra decisión,
mi horizonte lo veo claro,
claro tengo el corazón.
Tuve que alejarme,
tuve que huir incluso de mi,
tuve que asfixiarme,
y tuve que olvidarme,
caminar en direcciones diferentes,
y tuve que extrañarme
para encontrarme nuevamente,
para renacer en mi,
para conectar con lo que soy,
para no olvidar
y para así poder continuar,
para así avanzar,
para así no volver,
para así soltar,
para no retroceder,
para así dejar todo atrás,
para así progresar.