Dejo mi hogar...
dejo mis jóvenes etapas
dejo allí muchas transiciones
dejo desvelos, lagrimas, procesos.
Dejo mi hogar
para emprender mi vuelo individual.
Dejo mi hogar
para practicar el andar
de una vida de enseñanzas,
para comenzar a caminar
en serio caminar.
Y siento nostalgia
siento emoción,
pero miedo también.
Tengo miedo a extrañar,
miedo a llorar,
a no poder,
a no caber,
a no ser lo suficientemente resolutiva
y a que la vida de adulta grande me quede.
Y quiero llorar,
ya siento en la espalda
el duelo que me toca,
casi me abraza
casi se funde...
y me da miedo que me empiece a cuestionar
si fue sabia mi decisión,
si tendré la fuerza y el poder,
si seré tan solo capaz...
Y qué pasara cuando el despertador no suene,
o cuando mi sueño me consuma...
y quien me dará los buenos días,
y quien me esperará al llegar,
y quien me hará la cena,
quien me hará compañía,
con quien voy a reír
y a quien le hablaré de mis travesías
de mis corajes o mis preocupaciones.
No hay nada tan lejos
aún tengo a mi familia
pero me da tristeza el soltar
por el vacío que me llevo
y el vacío que voy a dejar,
y me pregunto
les dolerá a ellos también
tanto como a mi
o solo soy yo
que debajo de esta individualidad
también me aferro a no soltar.
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