Lavando la herida
me encontraste aquella noche,
secándome las lagrimas
me brindaste una sonrisa,
secando mis cenizas
me ofreciste todo ese fuego.
Medio vacío aquí mi centro me diste la bienvenida,
y te di la mano y te ofrecí todo lo demás,
te ofrecí mi libertad,
esa que era apenas de mi
te ofrecí mis miedos y viniste a darme abrigo
viniste a darme la paz que no conocía,
viniste de ese camino lleno de riesgo
pero no te fuiste,
te quedaste
aún así te quedaste
y nos rondaba el miedo
pero también el deseo
de saber que vendría
después del riesgo
No hay comentarios:
Publicar un comentario