TODAVÍA A PESAR DEL TIEMPO

Me dijiste que ella era más bella,

pero seguiste conmigo,

me dijiste que te daba todo,

pero no la estabilidad que necesitas,

ni la paz que no respiras,

ni la tranquilidad que al cielo aclamas.

Dices que te ha dado los mejores días,

pero dime,

de ellos cuántos son de calidad,

dime,

cuántos de ellos puedes recordar sin odiarla

o sin odiarte a ti por permitirte continuar,

por permitirte mantenerte 

en un estado de agonía, de cansancio;

por permitirte mantenerte así, 

en un estado de agobio y de letargo,

por permitirte mantenerte así,

sin esperanzas.

Me dijiste que te ha dado luz,

pero todos vemos solo sombras.

Me dijiste que te ha dado días buenos,

pero sé que no ha sido cierto,

porque todavía a pesar del tiempo

vienes a buscarme

por el calor que no recibes,

por el amor que ya no obtienes,

por las caricias que no sientes,

por los besos que no te saben,

por la verdad que ni tu dices,

por la fantasía que ya no tocas,

y por esas risas locas,

y por mi voz susurrando a tu costado,

por esas notas que te canto,

por esa infancia a la que te devuelvo,

por eso en lo que te conviertes

cada vez que yo me acerco,

cada que te abro el alma,

cada vez que te regalo mis versos

adheridos a mi espalda

para convertirnos en soneto,

al estruendo de la lluvia,

al filo de la imprudencia,

al filo de la fina línea

que divide tu conciencia y tu moral,

que divide mi conciencia y mi dignidad

al filo de lo casi mortal.