Hace unos días alguien me dijo que había luz en mí, que tengo una habilidad para sembrar virtudes inesperadas en la gente, que poseo una descarada agilidad para perdonar y a la vez para amar, que no mato ni dejo morir, que soy admirable solo por existir, que poseo una intelectualidad como la de pocos.
Todos tenemos sentimientos, unos demuestran más que otros, unos se reservan mucho y guardan para ellos mismos todo.
No es que sea un cúmulo de sabiduría, no.
El secreto: Sé escuchar y no opinar (y no porque no pueda, sino porque no me lo solicitan)
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