DEJEMOS QUE SUSURREN

Que hablen a nuestras espaldas,

que critiquen si es lo que quieren,

si lo que les dará más paz

es murmurar,

si lo que les dará tranquilidad es no omitir la frase,

que sean libres entonces,

porque realmente es lo último importante,

porque realmente eso es nada.

Dejemos que susurren,

que envidien nuestra felicidad,

dejemos que nos odien,

que anhelen nuestra posición

de amantes desconocidos,

de estrellas perdidas 

de soles eclipsados,

de sonrisas sin pasado, 

pero con historia,

de caricias sencillas

pero con presencia

de sabanas revueltas

y de ropa desbaratada.

Dejemos que ellos hablen, 

que trascienda la felicidad,

porque sin dudarlo desearía,

volver a manifestar

que estamos hechos uno solo

y que solo necesitábamos una guía

para encontrarnos de verdad