ACOMPAÑAMIENTO LITERARIO

viernes, 25 de diciembre de 2020

TENGO UN SUEÑO Y VOY POR ÉL

Me aferré a la noche como nunca
me aferré a las sabanas 
como cuando me aferré a la vida,
despertar era lo último en mi lista,
abrir los ojos lo último que quería,
que el latir se detuviera, 
era mi suplica de rodillas.

Que mi respiración se hiciera más lenta,
que un día me abandonara
pues era la forma más sencilla, 
porque ella no es escandalosa
y así ya nadie lo sabría,
así al siguiente día,
no tendría que decir palabra
que explicara mi agonía,
pero cada mañana era solo un martirio,
dolía cuando las lágrimas caían,
dolía la luz del sol por la ventana,
dolía estar en el sillón,
dolía cada vez más la vida,
no tenía escapatoria
porque afuera había contaminación
y era morir en vida exponiéndome a la realidad,
o morir contaminada cada vez que respirara, 
elegí por la primera
y fue la mejor opción
fui muriendo lentamente
pero sin darme cuenta que adentro renacía
y no supe así ni cómo,
pero volví a nacer en mí,
todas esas fuerzas agotadas y plasmadas
dejaron solo de ser un papel
se tornaron de pronto más amarillas,
solo eran luz
y entonces ahora solo me aferro a una cosa,
a la vida misma,
ahora las sabanas me estorban, 
el cristal también no me deja correr, 
la noche pido se haga día
pues tengo un sueño 
que anhelo ver haciéndose más grande
cada vez que avanzo y voy por él.
 


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