Corren, se van
ya no sé qué es mejor:
ya no sé qué es mejor:
que caminen demasiado veloz
o que la estática los domine
Se nos va la vida,
poco a poco se nos corta la respiración,
sepultados tenemos nuestros sueños
y la alegría se nos ha quedado atrás,
sepultados tenemos los recuerdos
y ahí el entusiasmo está también.
¿De qué estamos hechos?,
somos velocidad,
somos más de ayer que de ahora
¿de que estamos hechos?,
¿Qué estamos haciendo?,
Las manecillas ya no giran hacia atrás,
queremos todo controlar
pero el tiempo no, ese no tienen sujetador,
el tiempo se nos va,
nos estamos quedando atrás.
Cada noviembre llevamos flores
para los que ya no están,
cada hoja que en otoño cae
nos hace recordar que las cosas pasarán,
el frío en invierno todo lo congela,
es una señal,
recordamos a los más valientes,
a todo lo que trasciende y omitimos la verdad,
que nuestra vida de papel no es,
que también es relevante,
que también es de verdad,
y mentimos otra vez
cuando asumimos que podemos hacer cuenta regresiva.
Festejamos cada año
y el año nuevo
nos recuerda las promesas que sólo se acumulan
en el mañana que nunca veremos llegar
porque de cierto modo
tememos llegar hasta allá
y en cada soplo,
en cada velita que se apaga
nuestra angustia permanece igual.
Ya no sabemos que es mejor,
que se vayan veloz,
que caminen al compás de nuestra respiración,
o que se hundan en lo profundo de la luz.
Que caminen demasiado veloz
o que la estática los domine
y nos toque hacer celebración
cada noviembre dos,
sólo para recordar
que también ellos merecen celebración.
No hay comentarios:
Publicar un comentario