Desearía a veces poder caminar descalza
sin temor a detener mi andar
en consecuencia de alguna herida
o de caminos agrietados.
A veces también desearía ser un poco más fuerte,
controlar este carrusel llamado vida
y detener el remolino que corre y estropea todo dentro,
a veces quisiera detener un poquito más el tiempo,
pero a veces,
desearía poder llorar,
desearía poder romperme frente a todos,
desearía rendirme ante los ojos de terceros,
o a veces me gustaría ahogarme con un poco de silencio,
a veces quisiera tener la llave de otro armario,
que me invite hacia otro viaje,
a uno más tranquilo;
a veces solo pienso,
pero algunas vuelvo en mi y lo he aceptado,
porque sí,
es que todos somos trocitos de cristales adheridos,
todos tenemos por ahí
una pieza carente;
nos atraviesa en algún vértice
un rayito de luz,
mientras otros nos vamos agrietando.
Todos somos frágiles;
fragilidad somos sin querer o queriéndolo ser,
pero todos nos estamos rompiendo de a poquito,
de a poquito y cada vez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario